martes, septiembre 05, 2006

29 ENCUENTRO y LANZAMIENTO DE LA REVISTA No. 10
Septiembre 2, 2.006

PLENILUNIO. ARTE POÉTICA
29 ENCUENTRO CON LA POESÍA Y LANZAMIENTO DE LA REVISTA No. 10
Homenaje al Poeta y profesor Tomás Quintero (Cali, 1.945 -1.978)
De izquierda a derecha los y las poetas que leyeron:
Leopoldo de Quevedo y Monroy, Yolanda de Tenorio, David Zabala Núñez, Lilí de Quintero (viuda de Tomás Quintero), Jaime Vélez, Milton Fabián Lozano, Luis Esteban Patiño, Elisa Posada de Pupo (escultora) y Gloria María Medina Jiménez (de pie)
Biblioteca del Centenario. Cali. Septiembre 2, 2.006
Fotografía: MIC de
NTC …
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REVISTA PLENILUNIO
No. 10, Septiembre 2.006.


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CONTENIDO (32 páginas)
En esta Edición No. 10

AMOR, poema de Tomás Quintero (Cali, 1.945-1.978) Pág. 2

Homenaje a:
TOMÁS QUINTERO, canto al hombre y su tristeza (Cali,1.945-1.978)
Por: Leopoldo de Quevedo y Monroy. Págs. 3 a 7.

Poemas de:
Milton Fabián Solano, Pág. 8
Gloria María Medina Jiménez, Pág. 11
Alejandro Astorquiza, Pág. 14
Yolanda de Tenorio, Pág. 18
David Zabala Núñez, Pág. 23
Luis Esteban Patiño Cruz, Pág. 27
Poeta Invitado: Aníbal Arias, Pág. 30
Noveles Poetas Ivan Solano Díaz, Pág. 32

Comité editorial: Alejandro Astorquiza, Milton Fabián Solano, Gloria María Medina, Leopoldo de Quevedo y Monroy

Logo de Plenilunio: Rodrigo Andrés Gómez

Ilustraciones: Janeth Yanguas, Pintora

Diseño e Impresión:
ARTE LIBRO IMPRESORES, Arte con naturaleza
Calle 3 No. 13-10 Barrio San Cayetano . Ca1i, Colombia. Tel 893 7893
ISSN 1900-964x
Derechos Reservados de copias: @ 2006 Grupo de Poetas y Artistas Plenilunio.
Telefax: 552 8338 y 881 2429
pleniluniogrupo@yahoo.es, pleniluniocali@gmail.com
Sitio web: http://plenilunio-grupo-poiesis.blogspot.com/
Cali - Colombia.
El contenido total o parcial no podrá ser reproducido sin el permiso escrito de los titulares.

CONTENIDO

AMOR
Amor, deliciosa mentira,
pérfido amor, abur, abur.
León de Greiff

El amor comienza en la palabra
del encuentro
y fenece en la palabra del adiós
y la partida.
El resto no es más que juegos ilusorios,
fiebre y fantasía del sueño y del recuerdo.
Ya Homero, el vidente, lo ha explicado:
El llanto de Calipso en la remota isla,
la furia y el perdón de la ardorosa Circe,
los senos temblorosos de la joven
Nausícaa
y el fiel trajinar de Penélope,
sobre el inagotable manto.
Palabra-mujer. Amor-palabra.
Lenguaje que las hizo y las deshizo.
¿O fue, tal vez, Ulises transhumante,
con su eterno deambular, con su partida?

Tomás Quintero
---
TOMÁS QUINTERO, canto al hombre y su tristeza (Cali, 1.945-1.978)
A sus amigos, a Lilí, hijas y nietos
Por: Leopoldo de Quevedo y Monroy *
Así como la vida ofrece por etapas ciertos rasgos que configuran las diferentes épocas históricas, así la sociedad se desarrolla en grupos o conjuntos que reúnen ciertas características y forman como un círculo.
A Tomás Arturo Quintero le correspondió formar parte de una afortunada pléyade de intelectuales alrededor del ambiente universitario más pensante y beligerante en Cali, por la década de los 70. Junto al egregio rector de la Universidad Santiago de Cali, Alvaro Pío Valencia, al filósofo y autodidacta Estanislao Zuleta, a Antonio Sampson, al dramaturgo Enrique Buenaventura, al escritor Fernando Cruz Kronfly, vivió y fue líder en la formación de toda una generación de jóvenes que hoy pueden cotejar la impronta que dejó en ellos su legado.
Fue una época de fragor intelectual y de pugna por emerger triunfante en la confrontación de dos ideologías nacidas de las revoluciones de octubre y de Cuba. Ser joven y ser pensante obligaban a tomar partido frente a la situación de caos y violencia política en el mundo y en Colombia. Tomás Quintero cautivaba con su verbo a estudiantes propios y asistentes. Su formación acendrada en los clásicos y en los poetas de la modernidad y su posición frontal en las ideas izquierdizantes delinearon en él un pensamiento denso y vigoroso. Su inclinación por el socialismo, como plataforma a favor de los débiles e inserto en la problemática mundial, lo caracterizó como un adalid entre sus camaradas. Fue su forma de vida y en ello disfrutaba. El concepto de amistad significó para Quintero la más alta cualidad humana. Y la guardó hasta la muerte, por eso la exigía. Así lo canta en Todos temen pronunciar sus nombres:

Caídos
o muertos nadie lo supo.
No asistirán con nombre propio
para los libros o la historia
ni siquiera para el recuerdo
de los camaradas
que sintieron su sudor al lado de ellos
ni siquiera para sus amigos
más íntimos
que ahora temen pronunciar sus nombres.

De estatura media, de aspecto juvenil con su negro cabello al aire, con mochila y sandalias, rostro sereno, de brazos fuertes y velludos, con un cigarro en la boca y su palabra fácil, es la figura que guardan en su retina quienes compartieron con él sus escenarios: Ya como estudiante, ya como maestro de literatura, su especialidad, en la Universidad Santiago de Cali - en donde trabajó siete años y despuntó su fama- o como profesor de letras en la Universidad del Valle, en donde apenas estuvo dos años.
Sus estudiantes lo recuerdan con admiración por el bagaje de conocimientos literarios y por la vocación poética y política de que hacía gala sin esfuerzo. Era el maestro nato, de boca de oro, que todo estudiante quisiera haber tenido. Sus amigos de bohemia culta Ernesto Viera, Aníbal Arias, Julio Arenas, Adolfo Giralda, Servio Figueroa y William Hinestroza, no daban descanso los sábados y domingos en La Habana Club, al vino y a la poesía entre la risa, la música antillana y la voz de la inefable Piaff. Así quedó registrada esta imagen en el poema ¿Dónde están?

Dónde está la figura del último de los amigos?
dónde?
Dónde el seno mórbido que acarició mi mano
y aquellas manos que me dieron a beber
el amor y el vino?
¿ Dónde la plaza solitaria
y el viejo organillero de pájaros azules
que me pronosticó amor y vida?
Ah! Pero quedan aún las calles
y mis viejos zapatos
y la mesa en aquel rincón
del bar,
y mi cigarro.

Su aparición en el escenario de la vida fue efímera, pero la huella que dejó es honda y dorada. Su muerte, como la de Silva e Isaías Gamboa, ocurrió de manera intempestiva y temprana. Infortunio lo robó a la poesía y a la vida. El 3 de junio de 1978, a los 33 años, las aguas de un río en Zabaletas, al sur del sur (1) cerca de Buenaventura, la negra, lo arrebataron cuando su corazón falló al tratar de salvar otra vida. Su amigo Arturo García lo recogió desnudo, -como él lo había soñado- y como se hace con los héroes. Inerte, lo sentó en el asiento trasero de su Renault azul y se acordó de la gesta española : lo cubrió con una sábana y lo llevó al centro de la ciudad como lo habían hecho los vasallos del Señor amado. En esos momentos Tomás era su Cid, en su Babieca azul, en el supremo triunfo. Lo presentía, de seguro, el poeta en su último escrito:

Alma mía
cuando muramos
que al menos sea desnudos
para poder cantar
con los niños negros
las verdades de la aurora.

A nosotros ha llegado su palabra. Hasta después de su muerte su forma de expresarse causó polémica. Sus poemas recogidos en el libro Venid a buscar conmigo la Muerte o la Libertad (2) no fueron del agrado de sus amigos. (3) Tampoco se salva de la diatriba el libro editado por su propia universidad, prologado por Vásquez Zawadski. De todas maneras sus poemas son una invitación a entrar en ese mundo interior que tejió con pasión, casi con rabia, pero del cual se desprende un perfume que huele a solidaridad y a ser humano.
Nació en el barrio San Nicolás, que se identifica en su ciudad como el más proletario y representativo de sus orígenes, "que se deshizo poco a poco / como una nube blanca / o como el humo". Allí recogió sus sonidos, personajes, lugares y dibujó para siempre el imaginario cultural que se trasluciría en su talante y en su talento. Su poema Mi Barrio lo evoca:

Mi barrio
un día estuvo hecho
de carambolas y de sábados
de domingos de matinées
con dulces y muchachas
de partidas de fútbol en las calles

Estuvo hecho de peleas
de cortada en los brazos
de cigarrillos perseguidos
por el policía de la esquina
de maricas adultos
de enormes prostitutas
de curas
de amaneceres colmados de beatas

La poesía de Tomás Quintero tiene el sabor inmediato a humanidad. No es abstrusa ni pretende ser intelectualista. Los temas que aborda son cercanos a la vida, al hombre, al amigo, al perseguido, al desarraigado. Por eso la tristeza que se adivina en sus versos. Palabras como olvido, sombras, ausencia, silencio, lejanía, nostalgia, cansancio entremezclan con frecuencia su pensamiento. Era un ciudadano del mundo, del que escribió sin haberlo recorrido y del que se despidió después de conocerlo entero, porque penetró hasta su dolor y lo quiso libre.
Cantó a Vallejo, a Víctor Jara, lo mismo que a Lázaro o a Cavafis, a Julio Roberto o al viejo bolchevique, a la putita de barriada o al amigo, al perro o a su padre. Muchos inviernos después de muerto, hoy lo recordamos en Plenilunio y en los ingratos límites del verso:

Tu silueta alejándose
en la tarde sin luz de algún febrero
tu rostro ya difuso en la penumbra
el deshabitado silencio de mi cuarto
y la placidez del vino, de este vino
que poco a poco me ausenta de tu canto.
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* Escritor y ensayista cundinamarqués. Su primer libro:"Confesiones de un cura casado" 1.999 Su último libro: "Cotidianidad en re-verso" 2.006.

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Referencias :
Se tuvieron en cuenta aportes de su esposa Lilí, de los poetas Gloria María Medina y Aníbal Arias, los abogados Arturo García y Jaime Polanco y de Olegario Lotero, del INEM, quienes disfrutaron de su presencia.
Las palabras en letra cursiva indican que son autoría de Tomás Quintero o del autor citado en la referencia respectiva.
(1) ALVARADO, Harold. A la memoria de Tomás Quintero. En Semanario cultural. Revista de EL PUEBLO No. 135. 24 de diciembre de 1978. Pág. 5
(2) QUINTERO, Tomás. Venid a buscar conmigo la Muerte o la Libertad. 1ª. ed. Introducción de Álvaro Escobar Navia. Cali : Departamento de Letras, Universidad del Valte. Sept. 1978. 220 p.
(3) VALVERDE, Humberto. Sobre el libro de un amigo. En Semanario cultural. Revista de EL PUEBLO No. 135. Cali : 24 de diciembre de 1978. Pág. 3.
LOZANO, Orietta y ZIBARA, Antonio. Poesía del Silencio. Antología. Tomás Quintero. Cali : Bi.blioteca del Centenario-Secretaría de Cultura y Turismo de Cali. 19 ... Págs. 11-17
GAMBOA, Octavio. Poesía del Valle del Cauca. Tomás Quintero. Prólogo y selección de textos de Octavio Gamboa. Cali : Editorial Pacífico. 1986. Págs. 189-196
ALCALDÍA DE CALI. Trabajos poéticos. Selección y prólogo de Carlos Vásquez Z. Cali: 1981.
QUINTERO, Tomás. Poemas de la ausencia y otros textos. Cali : Centro editorial Facultad de Humanidades. Universidad del Valle. Marzo 1993.

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Notas complementarias de NTC … para esta Bitácora:

*** Tomas Quintero, poeta de la ausencia
Por Carlos Vásquez - Zawadzki
http://www.revista.agulha.nom.br/bh9quintero.htm Allí, además, cinco poemas de T.Q.
On est exilé dans sa patrie!!! Arthur Rimbaud
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*** GOLPES DE CREACIÓN (Fragmento) Por Julián Malatesta
http://www.lablaa.org/blaavirtual/geografia/region3/s15.htm
….
JOVENES HUELLAS

Tomás Quintero —Cali, 1945-1978—y Julio Arenas —1943-1973——son las pérdidas más sensibles y tempranas de la poesía vallecaucana. Tuvieron una gran formación intelectual y una sentida vocación literaria; sin caer en el panfleto o en la pancarta, tentación en los alegres y dolorosos días de las justas callejeras, lograron una penetrante y expresiva producción poética y se mantuvieron de frente a la sociedad, actuando como militantes en las ideas revolucionarias del momento. Contemporáneo suyo es Harold Alvarado Tenorio (Buga 1945), quien publicó recientemente una antología de los poemas de amor de la antigua China, con aducción y compilación propias. Hizo también una traducción de los poemas de Eliot y una —de la versión inglesa— de los poemas de Kavafis.
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*** Poetas vallecaucanos
TOMAS QUINTERO ECHEVERRI (1945-1978)
http://www.cali.gov.co/publico2/lospoetas.htm
Profesor de literatura en el Departamento de Letras de la Universidad del Valle, y en otras Universidades de Cali.
El escritor Tomás Quintero recibió su bachillerato en el San Luis Gonzaga y su Licenciatura en Letras, en la Universidad del Valle. Especialista en Literatura Española y conocedor profundo de la obra de Cervantes.
Además de su producción poética, deja inéditos importantes ensayos Literarios y una rica correspondencia.

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POETAS y POEMAS PUBLICADOS EN PLENILUNIO No. 10


MILTON SOLANO* (Págs. 8 a 10)

PARADOJA

La ensoñación
me lleva a tener lluvia en mis palabras.

La ensoñación
me da la llave
de un corazón
que quiso regalar la flor
en sus espinas.

SORDERA DE NEGACIÓN

No me den el crédito por este poema
lo robé, lo exprimí
de tu boca.

No me hablen del amor
que escucho al instante en mí
otrora
silencio de palabras
que engañan y enceguecen
la memoria.

No diré más
lo que otros han dicho
bien he explicado
que no es mío este poema,

Además siempre estuve equivocado
porque escuché que decías, te amo
cuando en realidad decías
humano.

SELENESCENCIA

Esa onda de ideas
que emana de tu cabeza
al llegar a la altura de la noche
se hizo plateado y pleno poema

Ahora que lo veo
inhalo su esencia
y no espero más
para soltar el corazón
que vaya tras ella.

Estoy triste
aunque parece que no lo estuviera
así es este camino
se escogen acciones
las raíces nos llegan.

Busco entre los rostros
no te hallo
había olvidado
que subiste a la noche
para darle nombre al encanto suspendido
de una idílica piedra

Por eso
cuando te encontré en mis manos
en el beso para siempre
que tras la puerta me dieras

Sentí lo que siente un adulto
cuando encuentra
aquellos juguetes perdidos en su infancia
y que dejaron en él
titilantes huellas.

POR ROLDANILLO

Se me queda algo aquí
Que no puedo empacar en la maleta.

Pasé por el café Volga
cerca de la esquina de balcones
por su puerta, salía gritando poesía.

Calle arriba había un Rayo
dibujando su fuerza en lienzos de nubes.
Estaba allí en la tierra de sol inclaudicable
no podía dejar de mirarte
y fue imposible evitar la herida.

Te busqué
desnuda te transformaste
y diste a tu piel el seudónimo
de Magdalena
para dejar sangre en mi alma.

Estuve y estoy
en la tierra de la vía dolorosa
que a su vez, canta arreboles
que no dejaron a mis ojos
conocer mujeres de niebla:

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* Psicólogo nacido en Cali 1979. Cofundador y director de Plenilunio. Escribió su primer libro: "Inspiración de sol y arena desde mi planeta" en 2003. Prepara su próximo libro "Liansirú".

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GLORIA MARÍA MEDINA JIMÉNEZ* (Págs. 11 a 13)

CLAVE PRIMA: DEVENIR.

Llegaré a ser
cristal de agua,
gota líquida
acontecida en tierra,
cuando en un jardín
de amarillos silencios
ondee en eco de vacíos
y a coro, con mis fantasmas,
interprete el Concierto en Sol
de tus recuerdos.

CLAVE DOS: ESPIRITU.

Vengo de morir tu muerte,
vengo de olvidar tu olvido,
vengo de saber que tu ausencia
no partirá en astillas mis sentidos.

Tu abandono no me vestirá de luto
será tu silencio un muro relativo,
en la tarde agotaré mis lágrimas
y, a vuelo de alas en jirones,
mi espíritu recogerá seguro
semillas y hojas para otro nido.

Todo está dentro de mí.
este placer de gozo desmedido,
este frasco de miel hecho palabras,
este percibir cada átomo de todo,
como si fuera yo su núcleo.

Si tus pasos te llevan a otro alero,
no volveré a lamentar olvidos
porque el amor se teje dentro
y hay mucho hilo aún
en mis ovillos.

CLAVE SIETE: REENCARNACIÓN.

He sido muchacho,
muchacha, pez, ave,
libro, anteojo,
cebada, arroz, huevo batido,
cobija, colcha, abrigo,
zapato suave, chaqueta de paño,
negra gorra de visera,
paisaje, balón, bandera,
almohada, colchón,
quimera y trino .

En todo, mi amor
por el tuyo encarna,
menos en el desprecio o el hastío.

CLAVE PRIMA: TODO


. Y nada en el TODO es vacío,
. ni demasiado lleno.
. Empédocles

Más allá del tiempo-espacio,
de todo cuanto vibra
y en mil formas cambia,
está la verdad fundamental,
la mente viva e infinita
que en el espejo
de la gota se refleja
y en el espíritu global
nos incorpora.

CLAVE SIETE: SERPENTINA.

Ondulando, zigzagueando,
sin n u o s s s a m e n t e,
cobra, sierpe,
cascabel tintineante,
es coito o generación,
alumbramiento.

Me captura,
áspid me hiere,
me endulza en su veneno
me llena de anillos.

Presagia mi fin
el prodigio de su hechizo
y me convierte
en su sacerdotisa.

---
* Nacida en Cali. Abogada, Licenciada en Educación y Especialista en Desarrollo Intelectual. Especialista en Gerencia para las Artes. Profesora en las universidades Antonio Nariño, Libre y Santiago de Cali. Profesora de lengua Castellana en el Liceo Benalcázar de Cali. Coordinadora del Taller Literario de la Universidad Libre desde 1993. Con su libro "Los Niños del Miedo "Primer premio nacional, sin edición, Concurso Ediciones Embalaje, Museo Rayo, Roldanillo, Valle, 2003.
Alumna de Tomas Quintero. Los poemas publicados son de Libro "Claves para abrir las puertas del interior misterio", 2002.
Actualización (Septiembre 5, 2.006): Primer Premio en el Primer Concurso Departamental de Poesía “Casa de la Cultura de Jamundi” (Encuentro Nacional de poesía de Jamundí, Valle. 2006) Jurados: Amparo Romero Vásquez, Horacio Benavides, Alox Rojas. Acta Agosto 11, 2.006.

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ALEJANDRO ASTORQUIZA* (Págs. 14 a 17)

SI TAN SOLO

Si tan solo escucharas
el sonido de mis silencios
y tus ojos buscaran
el brillo de los míos

Si tan solo tus pensamientos
fueran los míos
y tu aliento me abrigara
en horas de mi hastío

Que más pediría?
Si tan solo escucharas
la voz de mi corazón
entenderías
que no hay otra razón de mi existir

Si tan solo una lagrima brotara de mis ojos
podría decir que se aumentarían los mares
solo puedo ver la sombra de mis ojos
como grutas siniestras y oscuras
en el fondo del océano

Sin tan solo el llanto callado de mi ser
y el tropezar de mis anhelos
encallarán en el puerto de tus sueños
y en el oscuro de tu mirar.

Si tan solo pudiera
arrancar esta mascara absurda
que me hace irreconocible ante los demás
solo así podré dormir y despertar en ti.

VOLVERTE A VER

Así en la mañana
llena de alegría y nostalgia
Apabullada bajo el asfalto de la vida
o tal vez bajo la sombra de la felicidad
añoro los sitios donde alguna vez fui feliz.
Quería verte ... abrazarte
estar cerca, tan cerca como la rama al árbol
o como el canto de la torcaza
que tus ojos y los míos
contemplaron arrollándose en la soledad

Hoy te he vuelto a ver
como en pasados días
cuando despertamos bajo los bosques
donde soñamos despiertos

Hoy vuelvo a ti
y quiero quedarme asido
como los pétalos a la flor primaveral
inundarte de besos y susurros

Hoy te he vuelto a ver
en las gradas de la colina
donde pasamos tantas veces juntos
en las hojas secas que el viento hace danzar
y reír al son del tiempo

Así quería verte
danzar y reír al ritmo de la música
que llega
como susurros que el tiempo aguarda
así quería verte
así quería tenerte.

HAYKU TROPICALES IV

La luna salió a jugar esta noche.
Entonces ¿por qué lloras mi ausencia?

El árbol de granado ha soltado su aroma
en el solar.
Eres esencia de una flor posible.

El colibrí ha engañado su paladar.
La bella musaendra anuncia
su seudoinflorescencia

Las ultimas migraciones
de aves del verano
han surcado en el infinito cielo
Aun entraño tus besos de alas.

Sobre la alambrada
mi amada ha extendido
sus intimas prendas.
Anoche humedecí mis labios
con el elixir de sus besos.

La multifacética mariposa de mis sueños
permanece prendida en el dintel
de mi cuarto.
Anoche me quede dormido en su regazo.

Un hilo de oro se ha filtrado por mi lecho.
Permíteme escapar en tu imaginación .

COMO UNA QUIMERA

Te paseas por mi mente
como si fueras etérea
como si no tuvieras aliento

Eres el fruto de la vid
desgastada en el tiempo

Eres como el pámpano raído de la rama
que no produce

Eres el elixir derramado
que no llegó a añejarse

Toma de la tierra un poco
Báñate en el manantial de su seno

Pide a los cielos la luz que te guié
y no mires atrás
Para que no te conviertas
en estatua de sal

Busca mujer de mis sueños
en las entrañas del olvido
el lazo que nos una
y el amor que nos fue prohibido.
---
* Licenciado en Ciencias Sociales y escritor. Cofundador de Plenilunio. Su más reciente libro publicado "De amor y melancolía", 2005.

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YOLANDA DE TENORIO* (Págs. 18 a 22)

PALABRAS VACUAS

Las palabras huyen aterradas de mi boca,
se esconden, se apostan en la mitad de mi
mente y desde allí juegan, se ríen,
se miran, se burlan,
y no puedo atraparlas.

Saben que voy a crucificarlas.
Son palabras y frases preciosas pero odio lo que encarnan.
Amistad: ahorcada morirá debajo
de un puente por mentirosa.

Olvido: que se arrastre por los caminos
como un mendigo y se resista a morir.

Amor: pobre imbécil, ahogada morirá
en un estanque de aguas putrefactas.

Te quiero: pongámosla en la plaza más grande y lapidémosla.
Que cada uno,
libre de culpa, arroje la primera piedra.

Eres todo para mí: amordazadas,
encadenadas con esclavas y grilletes,
llorarán hasta secarse de pedir perdón.

Te amo: vestida de fruta, los pájaros
le sacarán los ojos, la sangre, la lengua,
hasta que se consuma poco a poco.

Jamás te olvidaré: ¡Malditas!
Morirán de sed atadas a un madero en la mitad
del desierto.

Te necesito: podríamos tener piedad con
ellas, solo dejémoslas que mueran.

Ya no te quiero: esas que nos arrancan
jirones del alma, pero son sinceras
démosles entierro de primera,
con flores y cerremos sus tristes ojos.

¿ Y qué hacemos con tú y yo? Descuarticémoslas.
Pongámoslas sobre la tierra que un día las sostuvo
y a machetazos
hagámoslas pedazos
hasta que cada trocito
no sea mas grande
que una gota de sangre
o una lágrima ...

EL ULTIMO AMOR

Tenía que ser dulce, intenso,
apasionado, triste y lacerante
lleno de rebeldía, de amor y odio
de dudas y certezas
de sombras y claridades.

De besos, de miradas
de búsquedas inconclusas
y de realidades etéreas.

Tenía que golpear y curar
y herir y volver a herir
y esconderse y vivir y morir.

Tenía que condenar, redimir
elevar y desconcertar destruir y destruirse
era el último amor, el prohibido amor.

¿ ... ?

Me he preguntado tantas cosas
y mis interrogantes aun no se responden
¿Qué somos?
¿Agua? ¿Plantas? ¿Plantas diferentes
que caminan y sienten?
¿Animales? ¿Animales
peor que los animales?
¿Espíritu divino? ¿Somos
un trozo de Dios?

¿ Qué hay debajo de la piel?
¿ Y en las arterias y atrás de los ojos?
¿Quien está detrás de la conciencia?
¿Quien es ese otro cruel que nos habita,
quien es ese otro santo que nos mueve?

Y el tiempo, ¿qué es el tiempo?
¿Un juego de luces y de sombras
marcadas por la luna y el sol
que al nacer y morir el día
deja sus huellas en nuestra piel?

¿Y el amor?
¿ Qué es eso tan amorfo, tan sutil,
¿ Tan doloroso e invisible?
¿Por qué hiere como cuchillo?
¿Por qué crece más allá del fuego,
más allá de las manos?
¿ Por qué lastima?
¿Por qué olvida?

¿ QUIEN SOY?

Me he metido a vivir en los abismos
y otras veces en las cumbres
he habitado las playas y los bosques
he paseado desnuda por la arena
y he nacido y muerto en muchas manos.

Me he perdido
en los laberintos oscuros de la noche,
he abierto mis ojos
sorprendidos tratando de vislumbrar
el límite del "más allá".

Me he extasiado frente al mar
y he devorado millas de caminos
con pasos lentos a veces,
o corriendo para que la muerte
no me alcance.

He gritado mi angustia
he invocado a todos los dioses
a los muertos,
a los sabios,
a las voces secretas del universo
y aquí parada en la mitad del cosmos
todavía no sé quien soy!

NO, NO, ETERNA NO

¿Qué es eterno?
¿Será que queremos ser eternos?
Yo prefiero extinguirme
como el fuego
y ser ceniza
ser como una brizna destructible
pasar como el tiempo

Sin dejar ni música, ni recuerdos
ni lágrimas. Silencio.

Que no me preceda nada
ni la sangre en el hijo
ni la herencia, ni el gesto.

Que cuando muera,
muera para siempre
en las mentes
en las vidas
y en el tiempo.

No, no quiero ser eterna.
No quiero más interrogantes sin respuesta,
no más promesas de voces
que no existen
no más promesas de dioses invisibles.
---
* Licenciada en literatura - Universidad del Valle .Poemas de "Versos de amor y odio". Inédito.
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DAVID ZABALA NÚÑEZ * Págs. 23 a 26

PIEL

Tengo sed de tu piel
palpo el aliento de tus poros
siento el deleite de tu dermis
me seduce la suavidad inagotable
de tu tacto.
Los momentos vaporosos
cuando acaricio tu piel,
se vuelven sin tiempo.
No hay horas,
sólo la seda de tu geografía.

ENVIDIA

Oh, envidia pecado mortal,
toma mi mano,
voy contigo.
Como nunca te siento.
Envidio de su cuarto
la puerta que se cierra,
las paredes, su espejo, su ropero.
Cuando a solas se despoja de su blusa,
de su falda, de su corpiño,
sólo ellos la contemplan.
Envidia, envidia
pecado mortal.
Cuánta envidia del aire rodeándola.
Cuando apaga la luz
envidio las tinieblas
que abrazan su cuerpo desnudo,
su cama que abre los brazos
y la recibe inmensa.
Envidio su almohada,
cómplice de pensamientos,
de sueños.
Oh, envidia pecado mortal toma mi mano,
voy contigo .

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… Hasta aquí, la página 23. Esta Bitácora continuará la publicación de los poemas hasta completar todos los incluídos en la versión impresa de la REVISTA No. 10 de 32 páginas.

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REVISTA PLENILUNIO No. 8
Mayo 6 de 2006
Homenaje a la poeta de Buga MARIELA DEL NILO
Contenido

Ensayo : MARIELA DEL NILO, Tenuidad, dolor y ternura.
Buga, 1917
Por : Leopoldo de Quevedo y Monroy


Mariela del Nilo es el seudónimo de Alicia Emma Arce de Saavedra. Nacida en Buga un 25 de febrero, vive en la actualidad en Cali. Guillermo Martínez, uno de los biógrafos de los poetas de esta comarca la exaltó en 1964 como la “mejor poetisa del Valle del Cauca”. (1) El Encuentro de Mujeres Poetas Colombianas de Roldanillo la ha declarado Almadre, epíteto con el cual honra a las poetas que han brindado su alma a Eratos y con su oficio han ido dejando tras si, el hilo de la poesía para iluminar el laberinto sagrado a sus admiradores. Tiene asiento de número en la Academia Colombiana de la Lengua y fue galardonada en 1998 con la Gran Orden del Ministerio de Cultura. Su personalidad irradia sensibilidad, paz y la sencillez de quien domina el arte de la palabra.

Su obra está publicada en los libros Espigas, 1949, Torre de Niebla, 1964, Claro Acento, 1969 y Secreta Soledad, 1992.

Hay sucesos, hechos o vivencias que marcan la existencia del ser humano. En la niñez o en la juventud, en la edad madura o aún en la vejez. A Mariela del Nilo el mar anega su ser-mujer. Ella misma deja salir de su corazón este sentimiento de ave marinera :

No sé por qué desconocida ley ancestral amo el mar, los azules y las lejanías. Verdaderamente, no sé por qué extraña asociación de ideas, mis temas tienden a colmar una sed infinita de puerto y mar. (2)

Y los versos en su libro Torre de Niebla son como oleadas de verde aguamarina. Es que la Naturaleza se le ha metido en su alma de poeta. Su prologuista uruguaya Dora Isella Russell lo expresa : Un fondo musical tenue, un rumor de mar a lo lejos, como ese que suena preso en las caracolas, (3) invade sus versos. La mimetización espiritual de su ser con el mar, se refleja en el poema Que estás muy lejos, Cartagena, ciudad que la circunda con sus playas y torres:

de tanto pensarte ha florecido
un pensamiento azul entre mis venas.

de tanto nombrarte ya me saben
los labios a tu sed y a tus arenas.

En los viajes que emprendió dentro y fuera de la Patria, el contacto con el salado coloso era un objetivo ineludible. Necesitaba respirar el aire salobre, sentir la brisa y refrescar su cuerpo en el juego de las olas y mientras hundía sus pasos en la suavidad de las arenas. Así lo canta en Al Mar en Cartagena:

Yo vine al reencuentro : a rehallarme
en tu vestido verde –azul antiguo,

en tu beso de muerte y de ceniza
y en tu abrazo de lianas y de olvidos.

Tú , mar y yo, siempre estaremos juntos,
como lluvia y tristeza siempre unidos.

La neblina vaporosa que se alza al arrullo del calor de las olas, sugirió para ella una melancolía que pareciera avasallar de cuando en cuando su alma. En el poema Carta a Blanca Victoria Estrada Upegui se transparenta tal nostalgia :

Igual que aquella noche, llovió en Buenaventura.
Ha amanecido todo : las calles y los hombres,
tétricos, taciturnos, como hechos de neblina.
Hoy vi, sin ti, de nuevo, el mar, tras de la lluvia.

Mientras los alcatraces montan guardia en las rocas
que fieles encarcelan la soledad de Islalba.

Qué bien puedo escribirte: todo está como entonces.
Buenaventura es triste, aunque reparte el trigo.

Mañana a mis espaldas quedará el mar amigo…
¡El mar! Todo mi mundo, desde el que fiel te nombro.

En sus ya casi 60 años de escritora, ha conservado un estilo inconfundible. Su forma de expresión es diáfana, sin estridencias ni pretensión alguna de escamotear la idea, imagen o realidad so pretexto de darle vigor a su verbo. Por lo contrario, posee una rara facilidad para tratar las cosas cercanas a su entorno, para retocarlas con palabras y embellecerlas en el poema. Oscar Echeverri la compara al ruiseñor a quien nadie le enseña el trino pues ya lo trae consigo al nacer.(4) Habla ya sea de su casa, del mendigo, de la lámpara, con el mismo lirismo que compone unos versos para la muerte o la vida, como aquellos que retroceden sus recuerdos en el soneto Quiero mirarte, madre :

Extinguida tu lumbre, soy la mujer que escancia
acíbar en la copa, sin grito ni lamento.
Te busca en los rosales mi corazón sediento
y las rosas se entregan con su antigua fragancia.

Su lenguaje es rico en léxico. Su numen se mueve en el idioma con la pericia que da la lectura, el estudio y el cuidado que sólo se consigue con la constancia y la experiencia. Su visión del mundo es vasta como él y por eso toca temas al parecer triviales y se adentra en profundidades y abstracciones con propiedad y pertinencia.

Ha cultivado las formas clásicas del metro y la rima en la composición poética, mas como una mujer actual, no se deja entramar en moldes y límites convencionales. La mayor parte de su obra podría catalogarse como intimista, pero también su musa toca a la puerta de la dureza de la cuestión social y la inclemencia de la era ultracientífica. En La paz empieza nunca, se aprecia su sensibilidad por la violencia patria:

No importa si es la noche o el día.
Tan sólo sé que escribo mientras llueve
para decir que escucho a la distancia
el clamor de los hombres y los niños,
los que están fusilando en algún sitio,
en la ciudad, el campo, la montaña.


En su libro Secreta Soledad el lirismo llega a límites místicos, casi religiosos. La soletudine, el Eremo del Dante, donde se pierde hasta el nombre,(5) es su sombra compañera. Su alma se vierte pura en ella, acosada por el dolor. Si bien es cierto que el amor de madre sobrepasa cualquier demostración de desprendimiento y sinceridad, en Mientras arde esta lámpara los versos sobrecogen por el expresionismo del amor, del dolor, la ternura y entrega, elementos que juntos dan ribete a la mística:

Quítame esta impaciencia. Sujétame esta angustia
y apacigua el silencio, por si el silencio habla.
No le digas a nadie que estoy triste en la noche,
mientras arde esta lámpara.
No le digas a nadie. Mi hija en el recuerdo
me visita esta noche con mi madre y mi hermana.
No le digas a nadie que sollozo en la sombra…
mientras arde esta lámpara.
Y, tú, vete enseguida con tu alma transparente.
Despide el año viejo y apaga la luz alta.
Vete, que yo me quedo con mi pena profunda,
mientras arde esta lámpara.

Mariela del Nilo hoy es una mujer tenue como la niebla, cristalina, que pareciera levitar en el mundo después de haber perdido a su hija Yolanda. Más que una voz que la invoca es un suspiro viviente en el rincón de su habitación.

Plenilunio, con su ventana abierta para el alma, termina este íntimo homenaje a esta hermosa Efigie de la poesía vallecaucana, con unas palabras de su poema Las doce de la noche, exactamente:
Miro tras el cristal de la ventana
caer la lluvia tenazmente.
¡Qué inmensa soledad!
Sólo tú pasas en mi recuerdo por la calle.
… Las doce de la noche, exactamente.
Una música tenue de violines
llena toda la casa.
Hija, ¿tú sabes qué hago ahora?
Amor, leo tus cartas.




Bibliografía
(1) MARTÍNEZ M., Guillermo E. La poesía en el Valle del Cauca. Cali: Imprenta Departamental. 1954. pág. 321
(2) Ibidem.
(3) DEL NILO, Mariela. Torre de niebla. Prólogo. Cali : El Carmen. 1964. Pág. 7
(4) DEL NILO, Mariela. Secreta Soledad. Prólogo. Cali: Feriva. 1992. Pág. 8
(5) DANTE ALIGHIERI, La Divina Comedia. El purgatorio. Barcelona : Iberia. 1949. Pág. 209


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REVISTA PLENILUNIO No. 7






















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REVISTA PLENILUNIO No. 6
Diciembre 6 de 2005
42 págs.
Contenido : Pequeña historia de PLENILUNIO
POEMAS de :













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Revista No. 5
Agosto de 2005
Págs. 32
Homenaje al poeta ANTONIO LLANOS
Contenido :
Ensayo : ANTONIO LLANOS, Verbo iluminado
Por Leopoldo de Quevedo y Monroy
Poemas de :
Álvaro Aldana
Alejandro Astorquiza
Milton Fabián Solano
Mercedes Martínez
Gloria María Medina J.
María Teresa Gamboa
Ana María Múnera
ENSAYO :
ANTONIO LLANOS, Verbo iluminado
Cali, 1905-1978

Nacido en la ciudad de Cali el 11 de julio de 1905, su educación, - vasta y profunda en las letras -, como la de muchos de sus contemporáneos, se debió a la medida de su propio gusto de autodidacta, según palabras de Carlos Martín, uno de sus amigos y del grupo de Piedra y Cielo, a cuyas reuniones el poeta Llanos asistió, aunque su presencia era fugaz, discreta y misteriosa, como su poesía.(1)

En 1930, a los 25 años, ya era director de la Revista de Occidente desde la cual convocó a escritores de la talla de Ricardo Nieto, Mario Carvajal, Gilberto Garrido, Carlos Villafañe, Silvio Villegas, Héctor Fabio Varela, entre otros. También dirigió El Diario del Pacífico. (2). A tan corta edad Llanos era un fanal que irradiaba una luz propia y logró congregar en torno a si a las mejores plumas de la región. Poseía una formación literaria, filosófica y humanista con la cual su pensamiento transverberaba para dejar ver regiones y límites jamás sospechados.

No importó su labor de anfitrión de escritores y la raigambre en su terruño. Alzó vuelo para conocer otras latitudes como Chile y Centro América. Fue conocido como poeta, prosista y crítico literario. Eduardo Barrios, crítico chileno, al referirse a su obra escribió : Antonio Llanos… es un maestro porque domina la forma en sus más sutiles secretos, denso porque, además de darnos algo tan hondo que linda con la religiosidad, se desprende de los valores circunstanciales y, nuevo porque introduce en las formas clásicas los más frescos materiales líricos. (3)

Para analizar la obra de Antonio Llanos el lector tendría que convertirse o en un enfermo para sentir su dolor, en un biólogo para cisurar y levantar las telas de su humanidad herida, en un filósofo para acompañarlo en el vuelo de sus elucubraciones o en un poeta para saborear la dulzura delicada de su verbo inspirado :

Si no fuera por ti, ¡oh muerte!, tantas cosas
inadvertidas fueran.
Otorga tu silencio soledad a las rosas,
por ti los ojos míos en el lucero esperan.

Si no fuera por ti, el amor no tendría
tan suave ternura, tan firme retener
de las cosas que amamos : nube, flor, poesía
y este divino atardecer
”.

Fue Llanos poeta nato, cuyo aprendizaje, sin duda, se nutrió en su lengua, de los maestros de la antigua latinidad como Virgilio, máximo cantor en sus églogas del campo y sus idilios y Catulo, expresión de la terneza del amor. Leyó, sin duda, todos los poetas de la formación de la lengua de Castilla, como Berceo, Boscán, Herrera, Ruiz, Caro y Cetina, los clásicos de la Edad de Oro, Garcilaso, Lope, Góngora y Quevedo, y los místicos de la noche oscura y de la muerte viva, Juan de la Cruz y Teresa la de Ávila. Sin duda, bebió las mieles del Cantar de los Cantares y conoció las joyas de Salomón en el libro de la Sabiduría. Él recogió en su obra esa herencia que hoy poco a poco se olvida y se pierde.

Llanos fue un iluminado que incursionó con éxito en la poesía mística. En este cuarteto de Ternura del Amado se percibe el eco de Teresa de Ahumada y de Juan de la Cruz :

Vivo sólo de amor para el Amado
pues de los vanos seres no soy dueño
Ensancho mis orillas cuando sueño
y no sé si he vivido o he soñado.

Sentimos la frescura virgiliana y el solaz del idilio en el campo en Elegía pastoral:

Hoy hemos vuelto juntos
al cielo de este campo
para buscar la flor
que te besó en los labios.
Creemos todavía
que no somos extraños,
que el nido reconoce
los extraviados pájaros.
…..

Publicó en 1942 su libro de sonetos Temblor bajo los ángeles, en 1950, Casa paterna, Rosa secreta y La voz entre lágrimas, una sinfonía de elegías, Evasión del hombre y La Madre muerta en 1958.

Sus elegías son la impronta de su ser en trance de la luz inalcanzable y del desapego material. Sus mismos títulos ya son un poema : Canción para decirla siempre, Elegía con música de amor, Elegía tierna, Has vuelto, Canción entre lágrimas, Elegía escrita sobre el agua, Elegía salobre, Elegía suspirante, Te has ido, Elegía entre la niña y el canto, Canción casi sin palabras, Balada sin sentido. Son expresión de extrañamiento, autoexilio en su mundo de soledad, dolor y locura.

De Elegía Fatal, estos versos que sumergen el espíritu en el más hondo suspiro por un amor sentido y por fin perdido :
….
Todo dolor de amor
el imposible alcanza.
La belleza se alumbra
con una sola lágrima.
Mira si no la noche
oscura y despojada,
llora después un poco
y retorna a mirarla…
¡y verás las estrellas
en el fondo de tu alma!
….
Digámonos adiós
que la tarde se acaba.
Para tanto dolor
este instante me basta.
¡Tu destino es volver,
volver siempre a mi alma!

Antonio Llanos como poeta, en sus últimos años, más que un hombre que escribe, fue un alma lacerada. Su alma no resistió y abandonó su cuerpo, alienándolo en la simplicidad vegetal en un reclusorio en medio de su natal ciudad en donde murió en 1978 a los 73 años.

El poema, de corte piedracielista, Tiempo de Misterio lo acerca a la dupla de la locura y de la muerte que late cada vez más con frenesí, frecuencia y patetismo :

Ya estoy contigo, madre, bajo el leve
cielo apretado de luceros hondos.
Ya no temo a la muerte y sólo espero
entre sus brazos el silencio todo.
Ya bien sé que en las alas de la muerte
la plenitud de Dios se entrega al ojo
con toda su hermosura y su misterio
como al mundo las bellas tardes de oro.
Y entre tu pecho, madre, y este mío
ya nada nos distancia. Y en mi lloro
hunde inocente el ángel su mirada
y yo el azul me bebo sorbo a sorbo.

Su poema Elegía total merecería ser el epitafio que envolviera y fuera muestra de su obra y de su numen :

Afuera el silencio todo.
Adentro todo el silencio.
A la luz de lo perdido
el alma duerme en desvelo.
De nuevo el sentido puro
despojo de tierra y cielo
y el desnudo corazón
cúpula de los luceros.
¡Oh noche, tan sólo mía
tómame en paz! Ya no espero
en los brazos de la muerte
oir más hondo silencio…


Llanos aprendió a jugar, a soñar, y a vivir con la poesía. A lo largo de sus poemas va escalonando sin esfuerzo palabras que parecieran claves en su poesía : lucero, luz, sueño, sombra, muerte, estrella, rosa, brillo, nube, cielo, silencio, voz, pájaro, tarde, lágrima, lluvia, flor, árbol, rocío. Son los valores que brotan espontáneos de su mente y de su corazón. Eran el continuo alimento de su alma. Era un pájaro azul que picoteaba granos ya de agraz ya de ajenjo para su cuerpo grácil y frágil que aligeraran el vuelo.

Como si presintiera que su final sería un desprendimiento y un desligarse, un pasar de lo material a lo inmaterial, en su poesía hay un recurrente erguirse a las alturas. De Elegía sollozante, “una de las estrofas más trágicas y bellas que se han escrito en la poesía española”, según su amigo, el poeta Octavio Gamboa (4):

Arriba el cielo inmenso:
pequeñez estrellada.
Abajo el hombre oscuro:
pequeñez desolada.
Confundidos y pávidos
en esta noche callan
y cada uno al otro
le increpa su distancia.

Termina Plenilunio el presente homenaje a Antonio Llanos con este cuarteto de la Canción del Retorno con la cual hacemos una invitación a saborear cada palabra y cada imagen de su obra:

Nos quedamos oyendo la noche
que confunde en la sombra estrellada
el pausado rumor de la música
y el divino silencio del alma.





Bibliografía consultada y sugerida :

(1) MARTÍN, Carlos. Manual de literatura colombiana. Tomo II. Piedra y cielo. Bogotá: Planeta. 1993, págs. 94-95
(2) MARTÍNEZ M., Guillermo E. La poesía en el Valle del Cauca. Cali: Imprenta Departamental. 1954. págs. 67-68
(3) Ibid.
----------- Algunos prosistas del Valle del Cauca. Antonio Llanos. Meditación sobre Porfirio Barba Jacob. Cali : Imprenta Departamental. s.f. Págs. 158-165
(4)LLANOS, Antonio. Antología Poética. Prólogo de Octavio Gamboa. Bogotá: Intergráficas. 1982, Págs. 22-23
LLANOS, Don Antonio. En Los Poetas. Flores de varia poesía. Biblioteca Aldeana de Colombia. Bogotá : Minerva. 1936. Págs. 159-162




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REVISTA PLENILUNIO No. 4
Junio de 2005
34 páginas
Tamaño : 24x11 cms

Contenido :

Homenaje a : Jorge Isaacs
Poemas de :
Ana María Múnera
Alejandro Astorquiza
Gloria María Medina
Juan Camilo Herrera
Milton Fabián Solano
Rubén Rodríguez



JORGE ISAACS
LIRA VALLECAUCANA EMPOLVADA
Cali, 1837-Ibagué, 1895


Por : Leopoldo de Quevedo y Monroy

Este escritor que el Valle del Cauca dio al mundo, como muchos coterráneos, tuvo sus glorias efímeras en vida, no compensadas con sus amargas decepciones. Ya la historia y las investigaciones han ido desatando la dimensión y la profundidad que lo hacen uno de los seres más interesantes que haya nacido en estas tierras feraces de cielos azules. Su cuna colombiana y caleña, no discutida, fue motivo de tristeza para él que la bañó en sudores, sangre y tinta:

Adiós, Cali, tan tierra tan famosa
tierra donde yo nací
que para otros eres madre
y madrastra para mi. (1)

Su ascendencia judía fue mirada con recelo y malquerencia por sus enemigos políticos y de pluma. Hombre recio y atrevido en todas las actividades que emprendió, demostró cuanto amaba a su tierra natal, a las regiones que lo acogieron y a su Patria en las lides de su alma de político idealista lideró. Siempre se entregó entero fuera para escritura, la política, la guerra o la investigación. Su debilidad fueron los negocios pues la ambición por el dinero no estuvo en el primer plano de sus intereses. A ello se debe que en sus últimos años mes las incomodidades económicas lo rodearan y minaran.. Sus haciendas La Rita, La Manuelita y Guayabonegro se esfumaron de sus manos quebradas y pasaron a otras más experimentadas. Ya los griegos en las tragedias presintieron para los grandes hombres un hado fatal.
Poseía la sensibilidad que necesita el ser humano para captar la esencia de la naturaleza, de la mujer y del corazón. No hay ser más inteligente que el poeta, capaz de descender hasta lo más
bajo y de penetrar hasta las profundidades más altas de la racionalidad y de la vida para descifrar el universo. Isaacs fue uno de ellos.

Desde que dio a luz a su María (/867), el mundo de habla hispana reconoció sus dotes de novelista \ también en vida fue reconocido como vate en los círculos literarios dentro y fuera del país. Sin embargo, pareciera que la luz radiante de su novela hubiera obnubilado su estro excepcional. Los libros de preceptiva y las antologías poéticas lo han minimizado y no le han reservado lugar al lado de nuestros mejores, sin que se quiera reclamar un orden de jerarquía entre ellos.

La investigadora y especialista de su obra, Maria Teresa Cristina estima que no son menos de 200 sus poemas (2). El recién desaparecido Femando Charrv Lara refiriéndose al fragmento conocido de Saulo (1881) lo cataloga como una de las más hermosas, misteriosas, maltratadas y desconocidas creaciones de la poesía colombiana. (3). Uno de sus biógrafos más documentados, Velasco Madriñán, relata que en el acta de la tertulia de junio 24 de 1864, catorce escritores de El Mosaico de la talla de José Maria Vergara y Vergara. José María Samper, José Manuel Marroquín, Ezequiel Uricoechea, Ricardo Carrasquilla, Salvador Camacho Roldán, Diego Fallon lo consagraron como poeta después de oírlo varias veces y cuando saborearon los manuscritos que leyó en esa ocasión, como Río Moro y La visión del castillo (4).

Pero que no sean los testimonios externos a su obra tos que exalten o recomienden la calidad y valor intrínseco de su poesía. Que sean sus propios poemas los que lo develen. Esta elegía, en su texto completo, -. que parece escrita hoy— podría ser un retrato en homenaje a nuestros vejados jóvenes:

LA TUMBA DEL SOLDADO

El vencedor ejército la cumbre
salvó de la montaña,
y en el ya solitario campamento
que de vívida luz la tarde baña,
del negro terranova,
-compañero jovial del regimiento-,
resuenan los aullidos
por los ecos del valle repetidos:

Llora sobre la tumba del soldado
y bajo aquella luz de tosco leño,
lame el césped aún ensangrentado
y aguarda el fin de tan profundo sueño.

Meses después, los buitres de la sierra
rondaban todavía
el valle, campo de batalla un día.
Las cruces de las tumbas ya por tierra,
ni un recuerdo, ni un nombre…
¡Oh!, no : sobre la tumba del soldado
del negro terranova
cesaron los aullidos,
mas del noble animal, allí han quedado
los huesos sobre el césped esparcidos.


Sin pretender hacer un análisis exhaustivo, en su poesía salta a la vista la tendencia romántica en que estaba inmerso y el uso profuso del hipérba­ton en boga desde el siglo de oro y que hizo céle­bre Góngora y Argote. Las terminaciones de las estrofas entretejidas en versos endecasílabos y heptasílabos permiten recordar la musicalidad del hexámetro griego y latino, especialmente los pies dáctilos finales combinados con el espondeo y el troqueo, impronta de la formación humanista acendrada de su época.

De sus observaciones de explorador y de su don poético, he aquí la muestra. Es un canto a las vivencias de su infancia. Su expresión es netamente lírica, sin que caiga en la descripción prosaica y narrativa, como sí lo afirma Mac Grady uno de sus críticos más conocidos (5). Su estruc­tura obedece los cánones de la octava real. Algu­nos versos, y aún el titulo, filtran la desazón que lo embargaba por las críticas acerca de su parentesco oriental:


RÍO MORO

Eres hermoso en tu furor: del monte
lanzado en tu carrera tortüosa,
vas sacudiendo la melena cana
que los peñascos de granito azota.
Y, detenido, de coraje tiemblas
columpiando al pasar la selva aftosa.

Las nieblas del abismo son tu aliento
que en leves copos despedaza el viento.


Como burbujas en tu manto llevas,
irán los soles sobre ti pasando
y te hallarán ¡os de futuros siglos,
como hoy, undoso, transparente y raudo.
No existirá ni la ceniza, entonces,
de mi, que rey de la creación me llamo
y, si guarda mi nombre el mármol frío,
lo hollará con desdén el hombre impío.

Más felices las flores de tu orilla
nacen, al aire su perfume exhalan.
Marchitas ya, se mecen en la espuma,
y, mil, más bellas, sus capullos rasgan.
Más felices tus ondas, al Oceano
van a gemir en extranjeras playas.
Y, yo, con mi ambición, pobre y proscrito,
de mi raza, infeliz, purgo el delito.

En la noche callada, ¿Soñé?, La vuelta del recluta, La oración, A Cali, La mañana del abue­lo, Los o/os pardos, La muerte del sargento, Tie­rra de Córdoba, Canto a la raza antioqueña, A­mar, Mayo, El primer beso, La tumba suya, El viejo soldado, Las liadas, La tumba de Belisario, Elvira Silva, Después de la victoria, Apiádate de mí, son algunos de sus poemas más conoci­dos.

Como Camilo, otra novela suya apenas comenzada, Saulo es una pieza inconclusa, mas no por eso menos preciosa muestra del alto vuelo de su numen lírico. Haciendo eco a las palabras de Charry Lara, el primer canto que se conoce del poema, puede ser la definición de poesía más extensa que linguista alguno haya jamás elaborado. Es la alegoría del drama del visionario y apasionado Saulo ante el esplendor de la palabra bella, “errabunda, indigente, sedienta y escarnecida” ¿Es aquí Isaacs aquí pintor del amor o de la mujer? ¿Hace una paráfrasis de la poesía a 1a mujer en la Biblia y en la historia? Este es el gran mérito : Su lenguaje es sugerente y universal y recrea o evoca muchas significaciones.

Es de tal profundidad, tan rico en imágenes y brillante pieza romántica que sólo se extraen en este ensayo algunos versos de las 30 estrofas, para inducir al lector que acceda al Canto I completo:

Me la figuro en ti y la comprendo.
Arcángel y mujer, casta y ardiente,
Safo en el alma, Débora en la mente,
con el amor humano enamorada...

y en el éter la busca el pensamiento.
¿Suspirabas? ¿Hablé? ... ¿Silbó en la brisa
que del velamen desplegó las alas?
Qué acallados sollozos, Heloísa,
¿Qué de su seno y de su regazo exhalas?
¿Es que tu amante corazón la nombra?
¿Eres ella? ¿Es su sombra
la que en mis brazos anheloso estrecho
al comprimirte así sobre mi pecho?

En ti, santa poesía, fe sin nombre,
confidencia de ángeles al mundo,
columna luminosa en el desierto,
fuente de Horeb brotando en el camino,
donde la ansiosa humanidad abreva
amor y vida y esperanza nueva.

... En esta inmensidad lo inmenso cabe.
En abismos sin fondo,
aquel dolor cruelísimo y tan hondo
que compararlo el alma nunca sabe.

... Perdona que delire:
¿No deliro de hinojos,
sumiso esclavo de tus negros ojos?
“Sed tengo”, sed de amor que en ti se calma:
no niegues de mis ósculos tu llanto,
¡sacia esta sed que me devora el alma!.

…Al rodarse la veste que desata
la mano temblorosa,
¡Qué deidad!
Del remanso en lo profundo
se estremece el peregrino.
¡Para qué fue creada tan hermosa!

Mirándola revuelan los alciones
¡Qué susurros y olor en el ambiente!
El bosque la resp ira...
Nimbo el rayo le da del sol poniente.
la soledad en éxtasis la mira.

Sí, Isaacs es un poeta cuya musa injustamente ha debido permanecer escondida en los cofres deeruditos y en portales de internet. Como lo prefiguró su contemporáneo Bécquer, la lira que “permanece cubierta de polvo en el rincón, la poesía de Isaacs, espera unas manos y unas bocas que sepan arrancar su melodía”. Así lo registró ese último terceto de La corona del bardo:

El amor inmortal hace inmortales
y, al llegar del sepulcro a los umbrales,
coronas... ¡ay! me sobrarán espinas. (6)

PLENILUNIO ha querido rendirle un homenaje y desenterrar un poco una belleza muy guardada y no gozada.



Bibliografía utilizada

(1) VELASCO MADRIÑÁN, Luis Carlos. Jorge Isaacs. El caballero de las lágrimas. 2ª. Ed. Cali: Litocencoa. 1987, pág. 88
(2) Citada en: Jorge Isaacs (Colombia). Biografías. Internet.
(3) VÁSQUEZ ZADWASKI, Carlos. Saulo. Poema de Jorge Isaacs. Prólogo. Cali: Centro Editorial Universidad del Valle. 1993
(4) VELASCO MADRIÑÁN, Luis Carlos. Op. Cit.
(5) MAC GRADY, Donald. Citado por CRISTINA Z., María Teresa. En La poesía de Jorge lsaacs. Revista 9 Casa de Poesía Silva. 1996. Pág. 215
(6) ECHEVARRÍA, Rogelio. Antología de la poesía colombiana. Bogotá: Áncora. 1997, pág. 131

REVISTA PLENILUNIO No. 3
32 págs.
Mayo 2005
Homenaje al poeta ISAÍAS GAMBOA
Cali, 1872, Callao, Perú, 1904
Contenido :
Ensayo Isaías Gamboa, Un poeta ante el destino
Por Leopoldo de Quevedo Monroy
Poemas de :
Adiela María Abril
Alejandro Astorquiza
Ana María Múnera
Gloria María Medina
Leopoldo de Quevedo
Milton Fabián Solano
Julián Cardona, novel poeta

ENSAYO
ISAÍAS GAMBOA, Un poeta ante el Destino

Le correspondió heredar la vena poética del romanticismo y también fue contemporáneo de los grandes del modernismo a quienes estimuló en la gloria y con fortuna. Poseedor de una rara vocación de autodidacta, extendió su existencia por Centro y Suramérica creando poesía y enseñándola. El mundo apenas lo tuvo en su seno 32 años pues la melancolía, -palabra y sentimiento – que siempre lo acompañó en sus escritos y la tisis, clavaron pronto la fosa.

No haría falta hacerle la biografía pues en su novela La Tierra Nativa, los acontecimientos de Andrés pueden ser los del mismo Isaías:

“Desconocidos anhelos inquietaron su mente desde los claustros del colegio; soñaba con viajes, con aventuras de novela, con la fama; y un buen día, entre las lágrimas de su familia, se marchó del hogar con el equipaje de estudiante pobre”.

De recia personalidad y carácter, las elites intelectuales de su época ya fuera en Bogotá, Centroamérica o Chile lo acogieron y aclamaron sus dotes de escritor.

….” Se lanzó a la vida solo, conoció el mar, otras ciudades, otras gentes, escribió versos, tuvo aventuras; se hizo hombre por su propio esfuerzo; vio de cerca, en fin, todo aquello que él presentía de niño, todo lo que sus montañas le ocultaban, ese mundo que se había figurado muy hermoso, muy dulce y que era, en realidad, un poco triste”.

En su poesía se oye la música que va formando palabras conforme van apareciendo los versos. Imposible no hacer referencia al poema que junto a Primavera y Fantasía sobre “La Samaritana” de Rostand lo llevaron a la apoteosis. Si parecieran oírse los clarines en los versos de Darío, en Ante el mar se siente el vaivén y se oye casi el rumor de las olas:

Hoy ¿a dónde? Ya la nave
que me espera tiene un rumbo.
Y, ¿mañana? ¿Quién lo sabe?
Es mi suerte como un tumbo que de playa en playa rueda
Sin que nadie decir pueda
de do viene, a donde va!

No es una casualidad que el joven poeta Gamboa fuera escuchado en ateneos y universidades y que sus versos fueran profusamente buscados por las publicaciones de su época. Es que en él confluían las corrientes del siglo que agonizaba y empezaba a configurar el nuevo con su luz modernista. Gamboa era como una caja musical que irradiaba poesía a su brazo y Erato a su diestra le iluminó y le mostró el camino.
Ungido y coronado como cantor del amor y la tristeza sus pocos años bastaron para dejar todo un legado, todavía no bien valuado.

…."Llevo un puñal finísimo y agudo
clavado en la mitad del corazón
y con la sangre que la herida vierte
hago mis heridas yo"….

Vivió para el mundo, para su familia, para su patria y, ante todo, para la poesía. Su vida personal empezó cuando tomó la decisión de ir a buscar su destino que no fue otro que el quehacer poético.

Desde 1.893, cuando emigró solo, como las golondrinas, a Centroamérica, hasta 1.904 cuando fue en viaje por la muerte, sólo la Poesía lo mantuvo vivo.
Las mujeres, la mujer, ese es otro complemento para el hombre, fue un sucedáneo en sus momentos de soledad, mas no lograron capturar su esencia. A ellas dedicó el arpegio variado de su Gracia:

….”Vuelve al cielo el zafiro y los destellos
que al sol robaron. Déjale a la aurora
la madeja de luz de tus cabellos
en que preso mi espíritu se enreda.
Desligada la gracia tentadora
que nunca más enloquecerme pueda
Devuelve lo que es suyo a la Natura…”

Las cartas, - parte del patrimonio poética y testimonio de su sensibilidad y fidelidad a sus amigos y a Princesa, su amor platónico-, ocupan lugar que hay que visitar sin afán, para percibir la delicadeza de su espíritu. Aquella, de junio 15 de 1.904, premonitoria de su fin:

“¡Feliz quien ha tenido un grande amor que ilumine su vida!. El que ha amado hasta la sublimidad, ya puede vivir…¡y ya puede morir! Tú, ya puedes vivir; yo, ya puedo morir.”

Gamboa merece una y mil lecturas. Está en mora un análisis amplio y la difusión, no sólo por la comarca en que nació, de su obra. La bibliografía es amplia en Chile y en los países en que la vida deparó disfrutarlo de su musa. En Colombia y aún en el Valle del Cauca, su terruño, su obra ha sido tocada muy superficialmente. Solo su familia y unos pocos discípulos se han esforzado por hacer sobrevivir los versos y la memoria de este malogrado bardo. Loor a Plenilunio que dedica estas líneas.

Con mucho gusto publicamos el Poema Ante el Mar, que le abrió las puertas de la gloria. Leído y aclamado en el Ateneo de Santiago de Chile en abril de 1902.


ANTE EL MAR


Mi pensamiento como una golondrina,
pasa rozando el mar con sus alas,
y mi imaginación,
pájaro salvaje y
vagabundo, recorre distancias inmensas,
atravesando velozmente los aires.

BYRON


A mis ojos vacilantes, vagos, húmedos y tistes
que reflejan tus destellos áureos, lívidos y rojos
a mis ojos, bajo el cielo, contra el cual furioso insistes
con tu rabia de Satán.
Otra vez en mi camino, cual te he visto tantas veces,
apareces, en mi ruta de cansado peregrino,
¡Turbio mar!

Sobre el muelle tembloroso de tus alas incesantes
se retuercen, gimen, gritan
y se agitan, anhelantes de catástrofe fatal,
te contemplo, mar brumoso,
mar rugiente y espantoso, mar hirviente,
¡Ronco mar!

No has cambiado, siempre el mismo
siempre el móvil y profundo, vago abismo,
que en sus vórtices quisiera lo existente sepultar,
no has cambiado, no has cambiado, mas mi vida, sí, la mía,
que es distinta, muy distinta de cual era en aquel día
que te vi por vez primera,
muy distinta el cual era,
¡Fúlgeo mar!

Bien recuerdo En los anhelos de mis locas esperanzas escrutaron sus pupilas tus azules lontananzas,
mas allá de lo visible, mas allá
yo era el pájaro atrevido que escapábase del nido,
y al mirar de las gaviotas el constante y ágil vuelo
bajo el cielo, yo quería
ir como ellas y con ellas do tu imperio acabaría,
¡Raudo mar!

Y partí... Fue una mañana. Fajas grises
extendían sus cortinas y tapices
sobre fúlgidos umbrales,
sobre muros de palacios celestiales
en el limite ilusorio de la azul inmensidad,
y el acaso
iba abriendo en tus olajes los senderos a mi paso,
los senderos que la suerte ha trazado en mi existencia
conduciéndome a la muerte
¡Negro mar!

Y riberas
extranjeras
me esperaban, diferentes
tierras, pueblos, lenguas, gentes
con que no soñé jamás
y contrastes de alegrías
del amor, melancolías
del dolor, acerbas penas
insondables, cual tus aguas de amargura siempre llenas,
¡Torvo mar!


Y otra vez ante mi vista
te presentas! Y mi pecho se contrista,
se estremece, languidece,
cuando veo con pesar
que no tengo aun rendida y acabada
la jornada, la espantosa, gran jornada de la vida,
¡Luengo mar!

En mi alma
y en tu alma que conozco yo ,la calma
nunca ha sido, іnunca! ... Siento
que algo tuyo en mi se agita, tus tormentas, tu tormento,
tu inconstancia, tu amargura,
tus protestas a la altura con tu voz de tempestad,
y cual tu, también he ido, viajador de polo a polo,
siempre adusto, siempre grave, siempre triste, siempre solo,
Vasto mar.

Hoy ¿ A dónde? Ya la nave
que me espera, tiene un rumbo
¿Y mañana? ¿Quién lo sabe?
Es mi suerte como un tumbo que de playa en playa rueda,
Sin que nadie decir pueda
De do viene, a donde va!

Triste, mísero despojo del naufragio de la vida,
mi existencia, como un ave cuyas alas están rotas,
a regiones siempre ignotas
por tus ondas va impelida, va impelida,
¡Lento mar !

Yo, el errante peregrino
a quien dio fatal destino varia senda,
¿dónde plantaré mi tienda?
¿a qué golfo de ventura mi barquilla arribará?
En el frío desamparo de la ausencia sobre un atrio,
he soñado en los vergeles de mi hermoso suelo patrio...
Mas su imagen no me alegra.
En su cielo se ha extendido una torva nube negra...
Profanando el sacro Monte,
yo me acojo bajo el ancho pabellón de tu horizonte,
¡Libre mar !

¡Leve el barco! Si está escrito
que parezca lejos, solo y olvidado, oh infinito
mar, recíbeme y sepúltame en el fondo
de tus lóbregas entrañas, lo más hondo, lo mas hondo
tal que nadie pueda hallarme ni turbarme
¡Nunca más !

Y al arrullo de tus olas, cadencioso como un canto,
duerma yo mi último sueño misterioso bajo el manto,
de tus cándidas espumas, de tus iris, de tus brumas,
¡Verde mar!

Isla de Trinidad 1901.




Bibliografía

GAMBOA, Isaías. Obra poética. Isaías Gamboa, su vida y su labor poética. Cali: Imprenta Departamental del Valle del Cauca. Asociación de antiguos alumnos de la Escuela Isaías Gamboa. 2001.
GAMBOA, Isaías. La Tierra Nativa. Cali: Imprenta Departamental del Valle del Cauca. Asociación de antiguos alumnos de la Escuela Isaías Gamboa 2001.
SILVA HOLGUÍN, Raúl. Valle del Cauca – Tierra de Promisión. Tomo I. Cali: Imprenta Departamental del Valle del Cauca. s.f. Págs. 45-46.

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REVISTA PLENILUNIO No. 2
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REVISTA PLENILUNIO No. 1

PLENILUNIO. GRUPO DE POESÍA Y ARTE
* Recitales de poesía mensuales
* Concertinos de música
* Exposiciones individuales y colectivas de pintura
* Prelecturas preparatorias para recitales y publicación de la Revista Plenilunio.
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PEQUEÑA HISTORIA DE “PLENILUNIO”


Por Leopoldo de Quevedo y Monroy


Para empezar esta historia bastó mirar el cielo. - Sólo lo pueden hacer los poetas -. De noche tienen sus ojos cara a la luna y la luna estaba en celo. Tenía su cuerpo redondo y derramaba su faz a luz plena.

Era diciembre de 2003. El poeta Milton Fabián Solano había publicado su primer libro y lo estaba ofreciendo, como los juglares antiguos. En una casa del Barrio Santa Isabel, alguien le abrió las puertas. Los versos de su libro y de otros poetas se leían, al resplandor de la Luna y de velas soñadoras.

Luego, sus colegas de profesión ofrecieron su sede de Cencolp y allí se reunieron alrededor de veinte personas a escuchar la voz de la poesía. Al principio se pensó en hacer tertulias, pues se leía, se escuchaba música y se comentaban los poemas. Al final se compartía una copa de vino. Fueron unas diez sesiones. Se cambió el rumbo y volvieron las reuniones al Barrio El Lido.

Allí Milton Fabián y su esposa Liliana conocieron al poeta Alejandro Astorquiza con Janeth Yanguas, su esposa pintora. Fue así como nació Plenilunio. Cuatro enamorados de la Luna y del arte, concibieron la criatura. Mientras la Luna inspiraba con su tranquilidad ellos abrieron en Cali una ventana para el alma. Siguieron las reuniones en El Lido hasta que el espacio quedó pequeño y fue necesario buscar otro escenario de más cabida.

Los asistentes a las lecturas se fueron interesando cada vez más por tener en sus manos los versos que se leían. A ellas concurrían no sólo los poetas que leían poemas de su autoría. También asistían como participantes músicos y pintores para hacer más completa cada reunión. Se cobraba la entrada para sostener los gastos mínimos de las reuniones. Había ilusión y sentido de pertenencia a la idea de estos jóvenes que abrían otro escenario para la cultura en la ciudad.

La Biblioteca El Centenario, con el apoyo de su director, José Antonio Cepeda, prestó sus instalaciones para que se realizaran allí cada mes sus presentaciones de poesía, música y pintura. Diciembre de 2004 fue una fecha inolvidable para el Grupo de Poesía y Arte Plenilunio. El sábado 4, dio la sorpresa a quienes habían solicitado con insistencia se publicaran los textos que los poetas participantes leían en cada reunión.

Con el apoyo de la Secretaría de Cultura y Turismo del Municipio de Cali y la Biblioteca El Centenario y con diseño de la casa editorial Poemia, salió a luz la Revista Nº 1 del Grupo de Arte y Poesía Plenilunio. Publicó este primer número en homenaje al poeta nariñense Aurelio Arturo. Y decidió que en cada revista se hiciera un homenaje a un poeta de la región. Participaron en el primer número los poetas fundadores Milton Fabián Solano, Alejandro Astorquiza y, además, Gloria Cecilia López.

Las siguientes reuniones en fechas señaladas con antelación, se realizarían cada mes y la publicación de la revista cada dos meses. El cronograma se ha cumplido y hasta la fecha van diez revistas publicadas y dos libros lanzados con el sello de Plenilunio. Dedicó la revista Nº 2 al poeta caucano Helcías Martán Góngora, la Nº 3 al poeta caleño Isaías Gamboa, la Nº 4 a Jorge Isaacs, como poeta y la número 5 al también poeta caleño Antonio Llanos, la No. 6 quiso ser una antología de los poetas que participaron el el año 2005, la No. 7 en honor al roldanillense poeta Carlos Villafañe, la No. 8 Plenilunio hizo un homenaje a la mujer, en la poeta de Buga, Mariela del Nilo, la No. 9 al poeta de La Victoria, Manuel Antonio Bonilla y la No. 10 al malogrado poeta y profesor, Tomás Quintero.

En la actualidad el grupo directivo de Plenilunio se ha ampliado y su Comité Editorial se integra por Milton Solano, Alejandro Astorquiza, Gloria María Medina y Leopoldo de Quevedo y Monroy, su ensayista de cabecera.

Cerca de treinta poetas han pasado por la mesa a leer su obra e intérpretes de diferentes instrumentos musicales han deleitado a los asistentes. La guitarra, con Arturo Veira, el arpa céltica, con Cecilia Garcés y Garcés, al piano, Pedro Vidal, la flauta traversa, con Andrea Velasco. Las voces hicieron sentir su timbre con la soprano de ópera Martha Isabel Lalinde Sandra Milena Granobles al piano, el Grupo Kantor de la familia Múnera, Los Niños de Salento, Quindío, Francisco Martínez y su conjunto antillano, Ovidio Leyton al arpa, Wilson Ruales y Jennifer Cáceres y Esteban Copete a la marimba, el 4 de noviembre en una noche inolvidable . Asimismo, pintores han expuesto sus cuadros, individual o colectivamente, durante las presentaciones programadas. Han estado presentes los maestros Ricardo Barragán, María Amparo Murillas, Janeth Yanguas, Dora Martínez, Liliana Anaya, Fabián Betancouth, Doris Ochoa, Sebastián Inguilán, Irma Cerón y Rigumbert Vélez, Silvia Vergara, Adolfo León Narváez,Carlos Humberto Murillo, Luz Magda de Quintero con un grupo de sus alumnas del Liceo Benalcázar, la artista rupestre Elisa Posada de Pupo y la ceramista Margarita María Calle.

En la Biblioteca Departamental y el Centro Cultural de Cali también Plenilunio ha tenido acogida para difundir la cultura. Ha recibido apoyo de instituciones como la Biblioteca El Centenario, la Secretaría de Cultura y Turismo de Cali, el Colegio San Fernando Rey, Antigüedades El Campanario y el Programa PAM de la Arquidiócesis de Cali. El 30 de junio de 2005 el Grupo Plenilunio participó como invitado en el 5º Festival Internacional de Poesía de Cali, en homenaje al poeta Aurelio Arturo. Este año también lo hizo con lujo en el 6º Festival en la noche del 12 de octubre como Homenaje al poeta caleño Tomás Quintero, en la Plazoleta de la Biblioteca Departamental Jorge Garcés Borrero de Cali.

En la corta historia de casi tres años, este Grupo de Poesía y Arte puede contabilizar una copiosa realización. Sin exclusivismos ni edades, ha dado cabida en su espacio a artistas jóvenes y maduros a quienes rinde tributo. En su 35º reunión el 2 diciembre de este año presentará el número 11 extraordinario de su Revista como resumen de la labor realizada, con la inclusión de la memoria a los poetas que han leído desde su fundación, incluyendo a la muy ovacionada María Teresa Ramírez.
Cali, noviembre de 2006.
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REVISTA PLENILUNIO
Comité editorial: Milton Fabián Solano, Gloria María Medina y Leopoldo de Quevedo y Monroy
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Ilustraciones: Janeth Yanguas, Pintora
ISSN 1900-964x
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