lunes, febrero 08, 2010


FUNDACIÓN PLENILUNIO,
EL CENTRO CULTURAL COMFENALCO, VALLE Y

ENCUENTRO No. 69
CON LA POESÍA, LA MÚSICA Y LA PINTURA Y
LANZAMIENTO DE LA REVISTA PLENILUNIO No. 34
En homenaje a la poetisa caleña
AMPARO ROMERO VÁSQUEZ
Leyeron Poemas:
DANIELA HENAO OSORIO
MARÍA FERNANDA CEBALLOS C.
JOHN FREDY CAMPO
ADASSIA GHELMAN
CAROLINA VARELA LÓPEZ
EDUARDO LUNA HURTADO

Concertino musical:
Maestros GUSTAVO HERNÁNDEZ, Tenor
JUAN CAMILO ROJAS, piano

Centro Cultural Comfenalco, Valle
Torre C, mezanine, Calle 5 No. 6-63, Cali
Sábado, 6 de febrero de 2010
6:30 PM
ENTRADA LIBRE
Copa de Vino

Amparo Romero Vásquez, poetisa caleña, invitada por la Fundación Plenilunio a su Salón de Homenajes por su inspiración novedosa, su trayectoria como gestora cultural y sus merecimientos como poetisa nacional
La poetisa y presentadora de la Fundación Plenilunio, Gloria María Medina abre el Encuentro No. 69 en Homenaje a la poetisa Amparo Romero Vásquez
El poeta Milton Fabián Solano, director y fundador de la Fundación Plenilunio ofrece el Homenaje a la poetisa Amparo Romero y saluda a los amigos del Arte que regresan a nuestro Encuentro de Poesía, Música y Pintura
En la primera Mesa los poetas John Fredy Campo, Milton Fabián Solano, María Fernanda Ceballos C. y Daniela Henao Osorio rodean a la homenajeada Amparo Romero Vásquez
La joven poetisa y socióloga María Fernanda Ceballos C., que se presenta por primera vez en Plenilunio, lee sus textos de lenguaje certero y profundo que nos acercan a visiones nuevas en la poesía
MARÍA FERNANDA CEBALLOS C.

L A MUERTE

La muerte
Esa acera, esa calle,
en donde algunos transitan el umbral de los sueños,
y otros habitan llevando a cuestas un infierno.

La muerte,
Eco que retumba y a algunos toma presos,
mientras a otros creyéndose libres
llena de tormentos.

La muerte
letargo, descanso,
sueño impensado, deseo inimaginado,
algunos asisten sin ser llamados,
otros llegan a pesar de no ser invitados...

La muerte,
en su agonía sólo se lleva
los caminos andados,
los sueños realizados
los rostros quebrantados,
y un último suspiro sin ser apresado…

La muerte,
¿quién la espera?

Tal vez los poetas que fabrican algunas nociones
sobre su pertinencia,
aquellos para quienes la vida es sólo una epopeya,
una historia para ser contada con las agujetas
con las que se tejen poemas con hilos
de esperanzas ciertas…

En mis días
aun florecen plantas
se abren al sol con miedo
esperando no ser asesinadas.
En mis días
aún caminan los rencores
como cargando a cuestas
una cruz,
más pesada que un arma.
En mis días,
suceden tantas cosas
de tantas y tan sombrías
se me vuelven como llagas.
En mis días
ya casi no llueve
porque hasta se ha ido
la última gota
que quedaba de esperanza.
En mis días
ya no se ve el día,
porque cada que amanece se agoniza
a la espera de un desazón
que sobreviene en náusea.
En mis días...
amor y sufrimiento se resume
en una palabra
y la libertad y el miedo
se han hecho compañeras
bajo la insignia del individualismo
que carcome las entrañas,
de un viejo deseo
que se postergó
en el silencio de los que aún hoy
callan...


FLORECER

Sorpresa,
bella flor en verano
verte tan eterna
tan abierta,
tan frágil,
tan trémula.
Mis principios se quedaron
allí donde empiezan,
justo donde han debido quedarse
donde se fabrica
lo que ya no se recuerda.
Y soy Libre,
como una tarde en primavera
cual hoja al viento vuela
en medio de un caos
de rojas promesas.
La nada se abstuvo de perseguirme,
de andar tras de mí
como asesino a su presa,
llené de sentido mis venires
mis ires los pinté
con palabras nuevas.
Y así se depositaron las esperanzas
que empiezan
a ser ciertas,
todas aquellas querellas del pasado
deambularon
una a una
al vagón de la tristeza.
Se fueron en lentas procesiones
como esperando ser llamadas
casi a punto
de abandonar la tregua,
pero fueron más fuertes mis pasiones
por un futuro
que promete libertad
a la hora de la espera...


VUELVO Y VUELVO

A veces se me olvida,
se me olvida todo,
y vuelvo
y vuelvo,
sin encontrar cómo...
Ay, rumbo incierto,
pérfida costumbre
de perder siempre
lo que tanto cuesta
conseguirse en el intento...
Pero
vuelvo y vuelvo,
menoscabandodesprecios,
como queriendo saberlo
sin saberlo,
añorando ya pensados
pensamientos...
Ay, rumbo incierto
certeza de la nada
del abismo,
de las necias
necesidades falsas,
de las habituaciones clandestinas
que le roban
el respiro al alma desairada...
A veces se me olvida
se me olvida todo,
todo menos tú,
por eso
vuelvo y vuelvo,
al lugar en donde tus caricias
me enseñaron lo cierto,
el amor y la esperanza
mochila incansable
en donde reposa siempre
la ansiedad de mis deseos...
Daniela Henao Osorio, poeta de cabellos de oro y vocabulario joven, leyó tres poemas con juegos de imágenes y palabras atrevidas en la noche de Plenilunio

DANIELA HENAO OSORIO

DE LA NOCHE Y SUS MUSAS

Llegó la hora en que la luz se cae y la quietud me atrapa.
La hora en que el Sol descansa y se despiertan las musas.
Se esparce hasta el amanecer, la noche.
Laméntase su sombra, colega de las voces íncubas.
No duerme la noche y contagia su insomnio a los poetas.
Canta la noche y su canto se convierte en letras de incalculables pergaminos.
Duermen los poetas, sueñan los poetas.
Crece infatuada la noche y madura en su poesía.
Nace niña, jocosa y festiva, muere misántropa, gamberra, meretriz.
Conviven los labradores de sus versos con su esquizofrenia.
Inocula la noche en sus coros su locura y somete al autor carnal de sus obras.
Sangran los lápices, lloran los manuscritos en la agonía de la noche.
Sufre el poeta en la puerta del alba; fenece su acto al penetrarla.


LÁGRIMAS

Cuán frágil es el corazón
que emite lágrimas.
Al trasbocar
salen en forma de rocío
brotando como cauces
por la puerta
de nuestros andariegos ojos.
Lloran mis lágrimas, lloran por ti.


INDIFERENCIA

El columpio de la vida se ha frenado ante mis ojos, indignación y repugnancia,
sentimientos arrollados por la suerte y la condena de una muerte viperina.

Lo que creo ya no importa. Ahora pesan, ahora sobran,
los encuentros con el tiempo, las agujas del reloj han cegado su puñal.

Mi alma calla, y mi eco aún se abstiene de dar burla a un mundo adepto,
ya no mudan las andanzas, son espectros, son fantasmas.

Consternar, amor, placer, conjeturas que disueltas por la innominada insignia
me disuaden de la tierra que inocula su aspereza.

Sea inopia o sea nobleza, mi mesura ya no a culpa,
piel y pulpa, continencia, todo vano en este ser.

La multitud, la sociedad, con su demencia,
intentan punir mi aliento, mas mis fuerzas no reparan,
pluma, plomo y cruel punzón, cruzan desapercibidos
mi inmutable corazón, idílico, imperfectible.


EL PENÚLTIMO DESTELLO

Una vela seca, sin llama y sin brillo.
Hoy se extingue una luz, con la chispa de mi vida, su vida.
Se apaga un bombillo sin interruptor; se funde.
Hay lágrimas, pero no hay esperanza; partió con ella.
El vacío habita; la Luna duerme junto al Sol.
Crece la incertidumbre, la oscuridad,
y una vez más y más aguda, mi soledad.
Las estrellas le siguen y también se opacan,
se refugian en la nubosidad de su corriente.
Baja el fulgor a hacerse esclavo en el infierno.
Todo fenece, su resplandor, fenece.
No hubo oportunidad para el adiós,
huyó al desierto y se transformó en cenizas.
El único residuo de esa luz, es un osario con su nombre.

John Fredy Campo, poeta fresco y de jocosa pluma vino ronco, pero alegró la fiesta. En su mano traía primaveras y sorpresas.


JOHN FREDY CAMPO

Daniel…
En este cielo de abril
haré llover nubes
Escoge una y sentémonos a orillas del rio Waira.
Un colibrí se aproxima, ¡muda de de traje!
Puedes ser hoja, invierno o azrah, “todo te es permitido
por los meritos de tu infancia”.
Piensa, piensa, ¡Pam!,
su realidad ha hecho posible la vida en ketchum.


CAMINAMOS EL RÍO PANCE


Era una tarde anaranjada,

el helecho estaba fresco y pensé:
Debe estar cerca el santuario de las hadas.
Seguí los vestigios de la guadua
y una púrpura falda me mostró su sexo
Estaba rosa, a punto de dar a luz el aroma de primavera
De repente… el zumbido de la seda rozó mi oreja
Eran colores que viajaban
a los farallones
Y supe que era hora de partir
en el canto de la cigarra.

COCA


Tres líneas aspiré
Como el aire más puro
fueron brisas nasales
Nubes de pensamientos
guayabo de lucidez y reí.

DÍA


Despertar
Baño
Desayuno
Vestir
Transporte
Laborar
1000000
0001000
0000001
00000000

En la segunda Mesa florecieron en el ramo, junto Amparo Romero Vásquez, de fiesta, Eduardo Luna, nuestro Director, Adassia Ghelman y Carolina Varela López. Sólo esperan la lamada de la voz cálida y clara de otra poetisa, Gloria María Medina
La poetisa Adassia Ghelman, llegó con cantos a la vida, a la muerte y al paisaje azul en la tarde melancólica. Temas que también tocó Darío, el ruiseñor de Nicaragua.
ADASSIA GHELMAN

EL DESPERTAR A LA VIDA

El primer amor
siempre el primero
regresa en las tardes melancólicas
Alzo la mirada
Las nubes todas traen recuerdos.
Vislumbro lejos… muy lejos
muy distante
ese primer amor
dulce quimera fue
y se ha ido.
Los años han pasado
se han vivido.
Otros amores en mi puerta tuve.
Fui feliz.
Pasa el tiempo que desgrana la vida
y va puliendo
Aún así
ese candor de los primeros besos
acompaña mi mente.
A veces sonrío
otras… le pido al olvido
que retenga ese sentir
la primera ilusión.
Ese despertar
siempre vale la pena
recordar.


MORIR

Lágrimas, llanto, gemido,
Lluvia, fuego, tempestad
camino espinoso
silencio la vida se para
en un instante
Se oye el propio parpadear.
La muerte no tiene explicación
llega, asola
Deja regadas por el viento las palabras
Recuerdos quedan
Serán los futuros compañeros
de la soledad

AZUL

Azul el cielo
en tardes calurosas
Azul el lago
donde bailó el cisne
Aquella nube se fue en silencio
viendo llorar lágrimas de olvido
Paisaje azul
de recuerdos grises
Paisaje mudo
que no borra el tiempo
Cambian sus hojas
y se estremece el viento.
Cambia mi alma
y se estremece al verlo.

Carolina Varela López tiene estilo hondo y derrama carisma con su poesía. Una de las poetisas que llegaron ya hace años a Plenilunio y ha logrado encantar y cantar con una voz muy apropiada. Se llevó en el alma la sonoridad de los aplausos.
CAROLINA VARELA LÓPEZ

ERES II

Eres melodía
miel a mi oído
en el medio día
estás en mi vocabulario
en mi boca-gula-río
en el hueso y
hasta el tuétano
eres etéreo
anunciación de estrellas
estelas rojas del alba
que en esta orilla
a hurtadillas
dejan burbujas
acunadas en el vientre
dentro
centro
de este amor primitivo
recién nacido y gigante
como infante
bajo la manta
que se amamanta de vida
albricias del universo
en el anverso
donde no se siente
la adversidad.

¿SIETE ES PLENO?

Son las siete...
plena vigilia por tu ausencia
y el desgonce de mi cuerpo
-garabato de una pena
en el papel de tu olvido-
tan sólo hace dos días fui velo de seda,
ola y espuma en éxtasis
arriba congelada,
perfume de gardenia a los pies del Altísimo,
llama refulgente en el soplo
de los cuatro vientos;
vestida de novia bajé
con el gozo de subir al trono
para que saborearas mi escarcha de sal

Son ciertamente las siete
y no avanzo de los siete huecos
que siento en el pecho
del dolor en los huesos
no soy polvo de oro esparcido
en el cielo
sólo gramos de balastro.

Mitigo en la lágrima
que arde en la cara
migajas de pan de un ángel,
me hago albatros que emprende el vuelo
en el licor de la tormenta
alicortada
sin reposo
fenezco.

ES JULIO

Es julio
y la luna
es roja rapsodia
con ínfulas de mujer en cinta

Diminutas criaturas marinas
emergen
para atemperar el agua
como si bebiera del cactus
que se yergue en San Felipe

En el fervor de su centro
arranca el oleaje los esteros
son treinta y siete grados
a punto de ebullición la primavera
Es julio
y con los vientos alisios
un playerito occidental
inmigra a mi resquicio.


ÉBANO

Mírame con esos tus ojos
pequeño dragón del crepúsculo
sospecha del río que habito
en el alternar de tus alas
-ninfa del agua-

Vénceme con tu semblante
de hojas lanceoladas
procura herirme de muerte
vivifica tu mosto en mi cámara.

Atráeme con tu olor a canela
con la música de blanca corteza
de tu caracola dorada
con el canto en tu torre de marfil
-ruiseñor al sur de África-

Déjame apreciar tus bayas redondas
tu estirpe de madera pesada
hasta que se desvanezcan las sombras
y te fundas en mí como chocolate

Cerró el recital de los poetas compañeros de voz y lira con la poetisa homenajeada, Eduardo Luna Hurtado. Su tono tiene la majestad que da la belleza de las ideas que teje y la suavidad de la ideas esparcidas en los versos.

EDUARDO LUNA HURTADO

INDIGNO SEGUNDO CÁNTICO DEL HERMANO SOL Y LAS CRIATURAS


A Francisco Bernadonne
quien primero fue trovador galante,
y prefirió ser caminante libre a ser mercader.

Árbol padre de todo lo viviente,
eterno señor que tienes en tu piel
el color de todas las razas,
altísimo cuyas armas son
misericordia y amor.

Con voz de hombre y de Francisco
te canto
¡ maravilloso este sol
que a un sale puntual
sobres buenos y equivocados.

Te encarezco la inocencia del agua,
el rubor de luz de tus noches
la romería del viento,
los pétalos y nidos de su solicitud.

Te encarezco la tierra
y su vulnerable verdor,
¡dichosos quien lo hace fértil
sin oprimir al pobre!
dichosos aquellos que en mi siglo
aún perdonan
tras las alambradas y muros
que diseña el odio.

Muestra tu rostro
a los hombres del asfalto
y las ciudades grises,
hoy las heridas
tienen semillas de contagio,
y hay vidas que se ajan
como tulipanes sin luz.

Con las viandas del amor
no se necesita mentir.

En la hermandad
de este sonriente sol
todo está dado
el paraíso podría establecerse aquí.

PALMIRA

Por tus calles corrió mi niñez
pronto tus esquinas me enseñaron
lo que hoy es mi nostalgia.
en tus parques soñé como nadie.
En la brisa quedó mí reír,
y en tus atardeceres mis ojos
mi timidez adolescente
se hizo caminante en las tardes,
siempre con un libro bajo el brazo
yo fui el príncipe solitario
de tus parques
hoy, exiliado de tus cielos,
pinto de azul tus noches
con mi nostalgia.

De ti me llevé tu claridad,
tu milagro de sol
y un palmar que llevo en el silencio,
plantado amorosamente
en la mitad del alma.


PEQUEÑO RECUERDO DE UN AMOR

Todos tenemos un amor
que se nos quedó muy lejos,
escondido en el tiempo.

Un amor de miradas y silencios,
de timidez y pobres palabras
Un amor de barrio
y tienda de esquina,
que era cara a cara
el cielo y el temor.

Un amor que dejó
las imágenes de su recuerdo
en las triviales palabras
de una pegajosa canción.

EN EL PRINCIPIO


El mundo era nuevo entonces
la infancia de la luz
corrió alegre por la tierra,
y todas
las cosas
recién estrenaban su nombre
menos el amor
que no fue nombrado con una palabra
nació de una mirada
de la sorpresa de Adán,
de la sonrisa de Eva
entre las flores,
y el opulento verdor
como refugio de pájaros.
Sin culpables. No hubo delito.
Ese día empezó el paraíso
Adán se hizo asombro,
y manos generosas de alfarero,
Eva se hizo ofrenda
en un medio día, con el sol
en las curvas de su cabellera.
Dio su cuerpo y su alma
en su piel de manzana.

Todo era nuevo aún
todas las cosas
recién estrenaban su nombre,
menos el amor
que no fue nombrado con una palabra.

Leopoldo de Quevedo y Monroy leyó el ensayo "Amparo Romero Vásquez, hija del laberinto y el silencio". Ver texto completo en la Edición No. 226 de la Revista Lletralia: http://www.letralia.com/226/articulo09.htmEn el acto central del Encuentro No. 69 de la Fundación Plenilunio, la poetisa Amparo Romero Vásquez agradeció, gentil, el homenaje y leyó cuatro poemas que resonaron en el recinto como clarines y sembró saetas en el corazón sediento de la mujer emancipada.

POEMAS DE AMPARO ROMERO VÁSQUEZ

SÓLO ESPERO LA SED

La ebriedad de la lluvia
y el aullido de los perros en la ciudad inmóvil.
Dura la noche como el infierno de las mujeres
que caminan sobre zarzas
y se comen sus nidos
y a fuego lento mastican su cólera,
mujeres como un puñado de almendras
acallando la bruma.
A la hora del dolor más puro
del olvido más temible
una mujer busca el paraíso.
Soy la que desprende de la piel
la que embalsama su vientre
con un vino como de algas
como de leche tibia.
Este espíritu mío
y un olor a musgo revelándome la muerte.
Perdida en mi
dejé de soñar con aquel ángel de nácar
que bendecía las aldabas.
Ahora me sostengo en mi propio abismo.
Yo desgarré los velos
y si llega Dios con su gota de fuego
no comeré sus frutos
ni beberé de su vino.
Sólo espero la sed
todo el hartazgo
el vacío de las calles
al lobo devorándose las dalias
en la estación vacía.

Del libro inédito De la piel y la ceniza

MÚSICA DE PÁJAROS

Todos los días siembro en ti la muerte
ella te dibuja manglares y unicornios
se hace silencio en la dulce soledad de tus manos.

La siembro en ti para que la ames
viene de un lugar impreciso
dispuesta a ser tu luna.

Reconóceme en ella
en su ceniza tan antigua como el humo
en ese oficio de anudar
y desatar las cintas.

Ámame en sus musgos solitarios
en su vientre de pan
en su vino de uva quemada
en su leche que apacigua el agua
y redime a la náufraga.
Planto en ti la muerte
para que te urda la sangre
y no te sea extraña
cuando yo deje la casa
el aliento de los libros
la tierra de tu boca
cuando socave tu oído
mi música de pájaros.

Te hablo de ella
para que no te sea extraña
amado río mío.

Del libro Memoria de la nada

LA NOCHE TIBIA DE LOS ÁNGELES

A Francia Lorena

Para bendecir tu vientre
trenzo hierbas y todos los azules
que se estremezcan el agua de tu arcilla
y todas las vendimias en tu regazo dulce
que te cruce de alcatraces
el mar desnudo y palpitante
que posea tu vientre
el más perfecto aliento
y ardan en él maderas y cántigas
que se abran insaciables
el trébol y el esperma
y lluevan trigos y señales
que a tu vientre de oro
llegue el verbo a redimir tu carne
para que se oville el álamo
y se anude a tu pie
una tibieza de nidos y semillas.
Que tu tierra nueva se pueble
de rondas y de anémonas
y se multipliquen el precioso pez
la leche tibia de los ángeles.
Yo bendigo tu vientre con mi boca
con mi piel habitada de cigarras como lumbres
con mi libertad de tigre y de paloma
con mis reinos de miel y con mis manos
con mis raíces ungidas a la tierra
buscando el agua todavía
te envuelvo en este océano de vértigo y campana
y bendigo tu vientre y lo hago un solo regocijo.
Que florezca tu útero con su acendrada
constelación de pájaros.
Muchacha a quien amo
buena como el pan
clara como la luna llena.
Muchacha hecha de mi carne y de mis huesos.
Del libro Memoria de la nada

Los maestros Gustavo Hernández, tenor, y Juan Camilo Rojas, pianista, se alistan para el concertino en honor a la poetisa Amparo Romero y para el deleite de los 165 asistentes al Encuentro No. 69 en la Sala de Artes del Centro Cultural Comfenalco, Valle.El tenor Gustavo Hernández elevó la finura de su garganta en la Sala de Arte interpretando canciones clásicas italianas como Torna a Sorrento, O sole mio y Vaga Luna, che inargenti y dejó en el pecho de los oyentes la sensación del bel canto en el Encuentro Plenilunio Ver y oir Videos en : http://www.youtube.com/my_videos_edit y http://www.youtube.com/watch?v=MkP88HFii_A El lirismo y la soltura de su figura fueron signos manifiestos de la calidad de las interpretaciones del tenor invitado. Despertó aplausos de las manos porque llegó su inspiración y su energía hasta cada rostro y sensibilidadEl pianista Juan Camilo Rojas pulsó las teclas para acompañar las melodías de la música italiana y la voz argentina de su compañero de concierto

Abrazo de hermanas y congratulaciones por las emociones del homenaje recibido en este Encuentro de la Poesía y la amistad

Escenas en la bella Sala de Arte del Centro Cultural Comfenalco, Valle, en la calle 5 de Cali en el Homenaje que la Fundación Plenilunio rindió a una de las mejores poetisas vallecaucanas y de Colombia
La atención era intensa y la Sala hervía de emoción durante la lectura de poemas
Asistieron y dieron lustre al Homenaje a la premiada poetisa Amparo Romero quien luce de azul cristal, sus colegas de versos y laureles, la caleña Gloria Cepeda Vargas, Teresa Alzate y Dora Inés Marín Cifuentes
Juanita, su querida nieta, lleva con orgullo un ramillete de felicitaciones y aplausos entre las flores. Su espontaneidad y gracia embellecen la remesa, para luego ir a sentarse con ella y lucir su seriedad y su sonrisa
Tres generaciones se juntan con ramillete en mano. Madre, hija y nieta de bella estampa. Luego del recital y el concierto vinieron el vino y muchos abrazos llenos de poesía. Aquí se funden Amparo y Gloria Cepeda ante la sonrisa de María Teresa Casas
Detrás, haciendo el fondo, descansan los ramos de gerberas y aves de paraíso. Las poetisas Adassia Ghelman y Liliana Noreña esperan el abrazo.
Reunidos poetas, artistas, amigos, con gorra y con la sonrisa y la copa en el corazón y la mano. Aquí uno de los poetas de la noche, Eduardo Luna y atrás, Esteban Blandón con Batman Siempre y la guitarra
María Teresa Ramírez Nieva, poetisa de Corinto, Cauca, saluda a la Homenajeada Amparo Romero Vásquez en el espacio del la Copa de Vino y la amistad El poeta Luis Patiño Cruz conversa con Amparo Romero, de fundaciones, versos y proyectos
Momento de periodismo y humor fino con Gabriel Ruiz Arbeláez, Director de la Revista Cultural virtual NTC y socio de la Fundación Plenilunio. Los invitamos a hacer clic en estos cinco enlaces de su prestigioso blog:
ÁLBUM FOTOGRÁFICO:
http://picasaweb.google.com/ntcgra/PLENILUNIONo69Febrero72010# allí una a una y en diapositivas.VIDEOS:http://www.youtube.com/watch?v=8vGamx1qMIY (Leopoldo lee)http://www.youtube.com/watch?v=_-yr6-JnyBE (ARV)http://www.youtube.com/watch?v=tqw2GdJe5v8 (ARV)http://www.youtube.com/watch?v=c7oyBDYdXKA (ARV)
Minigalería de gráficas de Amparo Romero Vásquez en su noche de reonocimiento por su vida y obra al servicio de la poesía. A su lado estuvieron su esposo Ciro Edgardo Cortés, su madre, sus hijos, sus nietos y allegados
En la antesala de reuniones, nuestro Director, Milton Fabián Solano, departe el vino generoso, la sonrisa y la satisfacción por haber brindado este justo homenaje a la poetisa gestora de la Cultura y la Poesía, como Presidenta y Fundadora de la Fundación de Poetas Vallecaucanos
En cada Encuentro La Fundación Plenilunio se renueva con visitantes y simpatizantes que llegan a nutrir su espíritu de poesía, de música y del arte de conversar y estrechar vínculos ciudadanos en esta sociedad convulsionada
EN CONSTRUCCIÓN....